¡Se ha hallado Adamantium en un humano!

Para los que no sepáis que es el Adamantium porque no habéis seguido la saga X-men, es el metal que recubre los huesos de Lobezno (¿a este ya si lo conocéis no?) dándole a estos una resistencia máxima capaz de rallar un diamante y lo que se le ponga por delante...¿cuantas veces habrá soñado el hombre con poseer tal poder? sería un gran avance para todo, desde los automóviles, pasando por la medicina y acabando en la lucha contra el crimen...lo hemos tenido tan cerca siempre...tan cerca que no lo veíamos, tan cerca que si queremos podemos tocarlo...tan cerca...

El otro día, haciéndome una limpieza externa completa, cosa también conocida como "darse una ducha", descubrí que no soy mulato...fue un golpe duro para mí ya que antes me conocían como "le morenito"...ahora soy "el tío que antes parecía negro pero solo era porque tenia mas mierda que el culo de un gato con diarrea"...Aparte de este duro golpe, descubrí algo mas...algo muy muy muy inquietante, mas inquietante y aterrador que ese bigotillo blanco que le sale a las abuelas y que no se quitan afirmando: "no se nota siquiera niño"...

El caso es que lavando este cuerpazo curtido en los gimnasios de las cárceles con mas reputación de Europa que dios me ha dado, descubrí que tengo pies, es mas, tengo UÑAS en los pies. Yo creía que nada mas teníamos uñas en las manos, creía mal. Como comprenderéis después de 21 años sin lavarme ni cortarme las uñas de los pies, no parecían uñas sino garras de un león del tamaño de una ballena.

Tras la ducha me dispuse a cortarme las uñas porque soy una persona muy coqueta y me gusta sentirme guapo, pero...para mi desgracia estas uñas no eran humanas...el corta-uñas pereció al intentar arañar la uña de mi dedo gordo del pie izquierdo, por más que apretaba, no conseguía cortar ni la mas mínima parte de la uña. Asustado acudí a la cocina y cogí el cuchillo mas afilado que tenía mi madre...tampoco fue rival para mi uña...desolado e impotente recordé que Lobezno tenía unas garras de un material irrompible al igual que mis uñas, la única forma de romperlo era con ese mismo material...Con paso firme volví al cuarto del retrete e impetuosamente golpeé mis dos dedos gordos de los pies para que uña contra uña se cortaran...puse demasiado ímpetu, acabé en el hospital con dislocaciones en ambos dedos, cortes en pie, mano y torso, rozamiento en la entrepierna y tuvieron que extirparme diversos trozos de uñas que saltaron y se me clavaron en cara, pezon derecho y hombro izquierdo.

Moraleja: Ser limpio no es bueno